martes, 31 de mayo de 2011

El títere

Forzado el títere está, encerrado en un mundo, escapando de su realidad. Encamisado el títere camina en medio de la ciudad.

En su cubículo enreda sus ideas con el cable del teléfono, no puede pensar, pues solo debe actuar. El ruido, el aire envenenado, la codicia y la maldad no lo inquietan más, sus vicios lo carcomen por dentro, su hambre y su sed es solo saciada con papel. Papel que fue obligado a masticar.

Esclavo sin cadenas quedo, atado en el tiempo por una verdad impuesta que domina su andar. Los títeres no lo juzgan por su curioso actuar, pues todos actúan igual.

Dormido quedo su sueño y su verdad, dopado lo mantienen para controlar su actuar, para ser un títere más, un loco más.

El títere entendió,  desesperó, la esquizofrenia lo revivió, el títere despertó y se suicidó.

Pero volvió a nacer.

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